Cada
año, cómo vivimos las fiestas dice mucho de nuestra perspectiva ante la vida.
Estas
celebraciones, con todas las emociones que despiertan, son una excelente
oportunidad de alcanzar una mayor conciencia de nuestros límites auto-impuestos
y de nuestras infinitas posibilidades interiores para sanar.
Ante lo
que nos molesta, tenemos la oportunidad de preguntarnos a nosotros mismos el
por qué se hace presente esa situación en nuestra vida y cómo podemos modificar
nuestra actitud ante la misma.
Ante lo
que nos sensibiliza, tenemos la oportunidad de indagar en nuestro interior si
detrás de ese dolor existe una creencia negativa sobre nosotros mismos,
enraizada en el miedo, que está limitando nuestra libertad.
Ante
todo lo que podamos sentir de manera inesperada, tenemos la oportunidad de
aceptarlo y de aprender de ello.
Ante lo
que nos genera incertidumbre, tenemos la oportunidad de confiar en nosotros
mismos.
Ampliar
la mirada es conocerse a uno mismo sin juzgarse, aceptar lo que nos pasa y
tener la voluntad de trabajar para sanar. Felices
Fiestas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario