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Material de Ampliando la Mirada:

- Libro de la técnica con ilustraciones y casos de pacientes.

- 55 tarjetas que representan: figuras humanas de diferente sexo y edad; figuras míticas y figuras simbólicas.

- 2 láminas tamaño oficio que representan al paciente y a su mundo interno, simbolizado por un rostro femenino y otro masculino.

Reconciliarnos con nuestros errores

Una de las maneras de sentirse humano es reconciliarse con la posibilidad de equivocarse, como criatura finita. Algo que parece tan obvio es, en muchos casos, algo muy difícil de hacer realidad. Tener miedo frente a situaciones nuevas es natural, pero no hasta el punto de quedar paralizados por temor a equivocarse. Otros se sienten culpables porque no logran ser "perfectos" y/o acusan a terceros  de sus frustraciones.
Soportar el dolor de sentirse frustrado, cuando algo no sale de acuerdo a lo esperado, fortalece la autoestima y permite avanzar a pesar de las dificultades. El enojo, la rabia, la queja continua, la irritabilidad, el desánimo, la depresión, son algunas consecuencias de la baja tolerancia a la frustración.

Puede servir de ayuda la experiencia de uno de mis pacientes, al que llamaré Raúl. En el trabajo con la Técnica Ampliando la mirada, una las imágenes con las que se identificó fue la que representaba para él el  "enojo". Cuando Raúl le preguntó a la imagen cuál era la causa del enojo, ésta le respondió:  "Siente mucho enojo, rabia porque se equivocó". "Le molesta porque lo quiere hacer bien, muy bien y no salió como él esperaba...". Luego, cuando le preguntó a esa misma imagen en qué podía ayudarlo para sentirse mejor, la misma le respondió: "Dejá el enojo a un lado porque lo único que hace es bloquearte, ponete a trabajar para solucionar el problema y no te enojes por el enojo mismo". "Lo primero que tenés que hacer es cambiar el estado de ánimo". "Elegí un estado de ánimo positivo y solucioná el problema lo antes posible". Con el recuerdo que le surgió, Raúl  confirmó lo que la "imagen" le dijo: "En el momento que empiezo a reparar lo que no funcionó, el estado de ánimo me cambia y no me dejo vencer".

Otras imágenes colaboraron para mirar en perspectiva su situación, al preguntarles en qué  pueden ayudarlo a sentirse bien. Una de las imágenes le dijo: " Que me tranquilice, que no siempre las cosas salen bien". "Lo que hay que hacer es encontrar el problema y solucionarlo lo antes posible". "Y encontrarle la solución produce una mayor satisfacción ". Otra de las imágenes le respondió : "Si te salieron mal las cosas, cortá con el enojo". "Aprendé del error y con mucha fuerza de voluntad y buen ánimo comenzá de nuevo". "Uno de los factores que te llevan a sentirte tan mal es querer ser demasiado perfeccionista, al extremo y es eso lo que te bloquea". "Andá de a poco,  paso a paso". "Renovate y empezá una vida nueva, ver la esencia de la vida misma de otra forma, no tan problemática ni tan estructurada".

Las respuestas ponen de manifiesto, como logró el paciente, a través de la imagen, proyectar su vida psíquica. Pero hay algo más: estableció  contacto con el "sabio interior", que posee cada uno y que le dio respuestas desde otra perspectiva, que no pudo ver cuando estaba inmerso en la herida, o su problema.


Es saludable preguntarse entonces, cómo se reacciona frente a las frustraciones.  El primer paso es mirar la situación que se vive en perspectiva, soslayando una percepción equivocada y exagerada de la misma. Tampoco enfocar el "error" en la persona en lugar de hacer foco en los actos que ésta realiza. Nadie puede decirse fracasado porque algo que realizó no salió como esperaba. 


Desde niños hemos recibido una educación que ponía el acento en los errores cometidos y no en los aciertos. La frustración es inevitable porque es parte de la vida misma. Aprendamos a ser pacientes y tolerantes, para acrecentar nuestra fortaleza interior y evitar desestabilizarnos emocionalmente. Pongamos la atención en buscar soluciones y no dejarnos ganar por el malestar y el desánimo. Y si somos padres o maestros, eduquemos a nuestros niños, desde pequeños. Si les damos todo lo que piden al momento, no aprenderán a esperar, ni a soportar ninguna contrariedad ni molestia. Con el correr del tiempo no aceptarán límites ni esperas para obtener lo que quieren, sólo buscarán su bienestar a corto plazo y no les importarán las necesidades ni los derechos de los demás.  La poca tolerancia a la frustración hace que se abandonen proyectos y no se alcancen las metas. Reconciliémonos con esta vivencia para aprender de ella todo lo que tiene para enseñarnos. 

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