Una de las maneras de sentirse
humano es reconciliarse con la posibilidad de equivocarse, como criatura
finita. Algo que parece tan obvio es, en muchos casos, algo muy difícil de
hacer realidad. Tener miedo frente a situaciones nuevas es natural, pero no
hasta el punto de quedar paralizados por temor a equivocarse. Otros se sienten
culpables porque no logran ser "perfectos" y/o acusan a terceros de sus frustraciones.
Soportar el dolor de sentirse
frustrado, cuando algo no sale de acuerdo a lo esperado, fortalece la
autoestima y permite avanzar a pesar de las dificultades. El enojo, la rabia,
la queja continua, la irritabilidad, el desánimo, la depresión, son algunas
consecuencias de la baja tolerancia a la frustración.
Puede servir de ayuda la
experiencia de uno de mis pacientes, al que llamaré Raúl. En el trabajo con la
Técnica Ampliando la mirada, una las imágenes con las que se identificó fue la
que representaba para él el
"enojo". Cuando Raúl le preguntó a la imagen cuál era la causa
del enojo, ésta le respondió:
"Siente mucho enojo, rabia porque se equivocó". "Le
molesta porque lo quiere hacer bien, muy bien y no salió como él
esperaba...". Luego, cuando le preguntó a esa misma imagen en qué podía ayudarlo
para sentirse mejor, la misma le respondió: "Dejá el enojo a un lado
porque lo único que hace es bloquearte, ponete a trabajar para solucionar el
problema y no te enojes por el enojo mismo". "Lo primero que tenés
que hacer es cambiar el estado de ánimo". "Elegí un estado de ánimo
positivo y solucioná el problema lo antes posible". Con el recuerdo que le
surgió, Raúl confirmó lo que la
"imagen" le dijo: "En el
momento que empiezo a reparar lo que no funcionó, el estado de ánimo me cambia
y no me dejo vencer".
Otras imágenes colaboraron para
mirar en perspectiva su situación, al preguntarles en qué pueden ayudarlo a sentirse bien. Una de las
imágenes le dijo: " Que me tranquilice, que no siempre las cosas salen
bien". "Lo que hay que hacer es encontrar el problema y solucionarlo
lo antes posible". "Y encontrarle la solución produce una mayor
satisfacción ". Otra de las imágenes le respondió : "Si te salieron
mal las cosas, cortá con el enojo". "Aprendé del error y con mucha
fuerza de voluntad y buen ánimo comenzá de nuevo". "Uno de los
factores que te llevan a sentirte tan mal es querer ser demasiado
perfeccionista, al extremo y es eso lo que te bloquea". "Andá de a
poco, paso a paso". "Renovate
y empezá una vida nueva, ver la esencia de la vida misma de otra forma, no tan
problemática ni tan estructurada".
Las respuestas ponen de
manifiesto, como logró el paciente, a través de la imagen, proyectar su vida
psíquica. Pero hay algo más: estableció
contacto con el "sabio interior", que posee cada uno y que le
dio respuestas desde otra perspectiva, que no pudo ver cuando estaba inmerso en
la herida, o su problema.
Es saludable preguntarse
entonces, cómo se reacciona frente a las frustraciones. El primer paso es mirar la situación que se
vive en perspectiva, soslayando una percepción equivocada y exagerada de la
misma. Tampoco enfocar el "error" en la persona en lugar de hacer
foco en los actos que ésta realiza. Nadie puede decirse fracasado porque algo
que realizó no salió como esperaba.
Desde niños hemos recibido una
educación que ponía el acento en los errores cometidos y no en los aciertos. La
frustración es inevitable porque es parte de la vida misma. Aprendamos a ser
pacientes y tolerantes, para acrecentar nuestra fortaleza interior y evitar
desestabilizarnos emocionalmente. Pongamos la atención en buscar soluciones y
no dejarnos ganar por el malestar y el desánimo. Y si somos padres o maestros,
eduquemos a nuestros niños, desde pequeños. Si les damos todo lo que piden al
momento, no aprenderán a esperar, ni a soportar ninguna contrariedad ni
molestia. Con el correr del tiempo no aceptarán límites ni esperas para obtener
lo que quieren, sólo buscarán su bienestar a corto plazo y no les importarán
las necesidades ni los derechos de los demás. La poca tolerancia a la frustración hace que
se abandonen proyectos y no se alcancen las metas. Reconciliémonos con esta
vivencia para aprender de ella todo lo que tiene para enseñarnos.
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