Las emociones albergan en el cuerpo y son inseparables de éste. A veces, ayudar a que las personas saquen a la luz esas emociones es un gran desafío para los terapeutas. Quiero compartir en esta oportunidad un caso que me acercó la Lic. Natalia Solvey, una colega especializada en EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por movimientos oculares). Natalia está trabajando con Ampliando la mirada como herramienta psicodiagnóstica, y hace pocos días me escribió para contarme cómo había implementado la técnica con una de sus pacientes.
Se trata de una niña, a quien llamaremos Cata. El padre, preocupado por el sobrepeso de Cata, acudió a Natalia y le planteó la situación, angustiado por los problemas de relación que la niña estaba teniendo con sus pares a causa de dicho sobrepeso.
En la primera sesión, Natalia le preguntó a Cata si sabía para que la había traído su papá al consultorio. La respuesta de la paciente fue "para que me ayudes". Acto seguido, le preguntó si sabía en qué la iba a ayudar y la niña respondió "no sé". Entonces, Natalia le propuso trabajar con las imágenes de Ampliando la mirada, e invitó a Cata a que eligiera aquellas imágenes que representaran algo para ella.
Cata eligió tres imágenes. En primer lugar, eligió la que muestra una niña llorando. "Soy yo cuando me retan, me caen lágrimas y no sé por qué"; explicó.
En segundo lugar, seleccionó la imagen del mozo con bandeja y expresó "Porque mi mamá me lleva a comer a muchos restaurantes".
Por último, eligió la imagen de una señora enojada que apunta con el dedo. "Mi mamá me reta a veces", dijo Cata.
En el siguiente paso de la técnica, siempre recomiendo que el terapeuta le muestre al paciente dos imágenes, que aunque el paciente no haya seleccionado, son muy importantes para el trabajo psicodiagnóstico que propone Ampliando la mirada. Una representa el cuerpo humano y la otra representa el aspecto de la persona donde se siente plena, dónde no existe ni el miedo, ni el juicio crítico, ni la culpa. Cuando Natalia le presentó a Cata la imagen del cuerpo humano y le pidió que le preguntara a esta imagen qué sentía, la paciente expresó "Neutro, ni bien ni mal", pero la miró a los ojos y espontáneamente cayeron dos lágrimas con sus mejillas.
A partir del trabajo con la imagen del cuerpo, Natalia alcanzó la necesaria conexión emocional con la paciente para poder comenzar a trabajar con la técnica de movimientos oculares en la que ella se especializa. Quiero en este punto citar sus propias palabras para reflejar su experiencia como terapeuta:
"Realicé toda una sesión de estimulación bilateral con movimientos oculares, en la cual emergieron por proyección distintas emociones que Cata reconocía en otras personas. Al finalizar la sesión, la paciente reconocía una mayor gama de emociones para su "cuerpo" y se encontraba alegre y abierta a la relación terapéutica. Gracias a las imágenes, todo un mundo se abrió entre ella y yo y pudimos trabajar con pocas palabras.".
Agradezco a la Lic. Natalia Solvey por acercarme este caso de aplicación
de Ampliando la mirada para terapias de EMDR. Es una gran satisfacción para mí
saber que la técnica está ayudando a otros profesionales, de distintas
especialidades, que la aplican según su criterio profesional, y más aun que compartan conmigo experiencias
en las que los pacientes pueden avanzar hacia la resolución de sus conflictos a
través de las imágenes.
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