El estrés crónico fue definido
por Wheaton en 1997, como "El conjunto de amenazas, exigencias,
constricciones o limitaciones estructurales que, por el mero hecho de su
presencia, ponen en cuestión la integridad operativa del organismo". Se discute si se trata de un síndrome
específico, o simplemente es una variante o forma clínica del Trastorno por
estrés traumático (TEPT).
El estrés crónico es aquel que se vuelve
peligroso (distrés) cuando se prolonga en el tiempo. Este distrés ocasiona un
exceso de esfuerzo en relación a la
carga, causando un problema de salud.
Algunos tipos de estrés crónico
provienen de experiencias traumáticas de la niñez que se interiorizaron y se
mantienen dolorosas y presentes, constantemente. Ciertas experiencias negativas afectan
profundamente la personalidad. Se genera una visión del mundo, o un sistema de
creencias que provoca, por ejemplo, ver el mundo como un lugar amenazante,
temor a ser descubierto como alguien que finge lo que no es, necesidad de ser perfecto
todo el tiempo, etc.
Lucas, de 46 años, llegó a la
consulta derivado por un psiquiatra, con un diagnóstico de estrés crónico. En
la primera entrevista expresó: “Hace ocho años sufrí un revés económico que fue
muy traumático que repercutió en mi relación de pareja -divorcio- y familiar”. Al describir los síntomas
comentó: “Al despertarme empecé a sentir
como que explotaba la bomba atómica. Por el tremendo susto, el cuerpo me
quedaba inmóvil y pasaba momentos que no sabía ni siquiera que hacer para mover
un dedo”. "Por momentos siento que no voy a tener fuerzas en el cuerpo,
comienzo a temblar y no tengo ganas de encarar nada”.
Cuando Lucas tenía seis años, su
padre sufrió una quiebra económica, se vieron forzados a irse de la
ciudad, dispersarse como familia y padecer carencias de todo tipo.
En el trabajo con la Técnica Ampliando la Mirada, Lucas eligió 19 imágenes con las que se sintió
identificado. Me referiré aquí a algunas de ellas, a fin de ilustrar de qué modo, durante el transcurso de la
toma, fue ampliando su perspectiva ante una misma situación.
Una de las imágenes elegidas fue la de la carretilla.
Una de las imágenes elegidas fue la de la carretilla.
La eligió porque según sus palabras, “La veo como una grosería de la sociedad, que una chica adolescente tenga que pasar por esto. Lo asocio a que yo viví una situación parecida, de tener que salir a juntar comida”. Cuando Lucas le preguntó a la imagen qué sentía, respondió : “Estoy podrido de la vida porque no me banco a mí mismo, ni el trato que me dan”. Y cuando consultó a la imagen, “¿En qué podés ayudarme para que me sienta mejor? recibió como respuesta: “Fijate lo que tenés. Detenete y mirá lo que tenés, la cantidad de amor que hay alrededor tuyo. Pensá que hiciste las cosas bien”.
Una segunda imagen seleccionada fue la que muestra a un señor.
"A ésta la elegí porque todos los que andan de
traje me hacen algo, marcan una diferencia social, de discriminación frente al
otro". Cuando Lucas le preguntó a esa
imagen lo que sentía, le respondió: "Estoy repodrido de usar este
uniforme; estoy cansado de mi trabajo. Siento que quiero un cambio. La ropa que
tengo no me gusta, estoy cansado del celular, el pelo no me queda bien. Tengo
muy mal gusto. Necesito alguien que me asesore en la vestimenta. Pero igual
estoy contento con lo que tengo".
Ante la pregunta a esta imagen,
de en qué lo podía ayudar para sentirse bien, expresó: "Terminá con los
prejuicios, terminá de fijarte en los demás. Debajo del traje somos todos
iguales”.
Hay dos imágenes que no deben
faltar cuando se aplica la técnica, sean o no elegidas por el paciente. Me
refiero a las figuras A y B. La imagen A representa a su propio cuerpo.
Ante la pregunta de qué podía hacer para
sentirse mejor, obtuvo como respuesta: “Cuidá el físico,
empezá a entrenar, a nadar, que tanto te gusta, a tomar sol”.
La imagen B representa su aspecto interno, donde no existe ni
el miedo, ni el juicio crítico, ni la culpa.
Ante la misma, el paciente
expresó: “Fluí, caminá, cantá, bailá, seguí dibujando, pintá”.
Lucas exteriorizó cuánto lo
habían ayudado las imágenes; que dentro de él, algo cambió. Puso el acento en
esta ayuda que le proporcionaron las figuras, al manifestar que se sorprendió
cuando comprobó que, aún las imágenes que vivía como negativas, resultaron ser
muy útiles a la hora de interrogarlas acerca de cómo podrían ayudarlo.
Llegó abrumado por sus
padecimientos, con una marcada distorsión cognitiva sobre la mirada de sí
mismo y de los demás. Al entrar en
contacto con su caudal de recursos pudo ir objetivándose, al darse cuenta de
que su poder y sus esperanzas en superar las experiencias negativas, eran más
grandes que sus heridas, las que, desde su fortaleza, ahora tenían otra
dimensión.
Cambió radicalmente su actitud y por ende, el pronóstico.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario